junio 18, 2009

Te la debo

Carpe diem piensa:

El deber me llama.

Carpe diem lo medita seriamente:

No pienso contestarle.

Carpe diem retruca:

Díganle que ahora no puedo atenderlo.

Carpe diem se entusiasma:

“Número equivocado”

Carpe diem se delira:

¿Y por qué mejor no me manda un mail o un mensajito de texto?

Carpe diem sigue siguiendo:

¿Y por qué justo a mí me viene a llamar?

Carpe diem se pregunta:

¿Quién le habrá dado mi número?

Carpe diem vuelve en sí:

¿Quién habrá inventado esta frase?

Carpe diem suspira:


El deber me llama.


2 Comments:

At 23/6/09 15:45, Blogger Psicodélica star said...

Qué grato ser espectadores de lo circular de tu razonar.

Cuando lo atiendas, haznos (asnos) partícipes.

 
At 28/6/09 22:35, Blogger Carpe diem said...

Suelo atenderlo, ése es el problema.

Besito

 

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