julio 24, 2006

“On the road”

Mientras esa duda* que habitualmente carcome mi cerebro me quitaba anoche —otra vez— el sueño, vino otra a distraerme un poco:

Estar “camino a la locura”, ¿no implica acaso que uno ya está en el camino de la locura, transitándolo?

* Prometo hacer referencia a ella en otra oportunidad.

6 Comments:

At 24/7/06 20:48, Blogger Tomás Grounauer said...

No necesariamente.
Edward De Bono lo explica muy bien con un ejemplo en uno de sus libros:
Por lo general el Norte es una dirección de guía (las brújulas lo tienen como primer referente, la frase "ése es mi norte" indica un rumbo que se desea seguir), y sin embargo pocos quisieran llegar al extremo de ese camino: al Polo Norte, un lugar desolado e inhabitable.

Sentirse "camino a la locura" puede ser también una forma de represión inconsciente cuando uno está viviendo intensamente algo distinto o nuevo que no sabe nombrar de otra manera.

 
At 27/7/06 14:48, Anonymous Anónimo said...

I'm going slightly mad
I'm going slightly mad
It finally happened
It finally happened oh yes
It finally happened
I'm slightly mad!
Just very slightly mad!
And there you have it!
(uu-aa-uu-aa)

 
At 27/7/06 16:49, Blogger Carpe diem said...

Esta hermosa reina (queen) ha perdido la razón, y yo perdí la cabeza por ella (ella=¿la razón o la reina?). Ahora bien, ¿cómo es posible que uno afirme estar loc@? Si realmente estuviera loc@ no sería consciente de su locura. ¿Mero azar? (Uh, 4 letras)

 
At 27/7/06 17:37, Blogger Carpe diem said...

Amigo Cerebro (y que conste que no soy Pinky): su explicación es harto clara. No obstante, aquí va mi vuelta de tuerca: su ejemplo comprende nociones relativas (Norte, Sur, Este, Oeste), si yo digo “éste es mi Norte” lo será en oposición a un Sur. Si yo digo que voy “rumbo Norte”, por más que yo esté –al momento de enunciar tal predicado– al Oeste (por decir algo), significa que ya estoy transitando un Norte en relación con las otras posibilidades (S./E./O.). De allí que pueda referirme a MI Norte sin estar necesariamente en el Polo Norte (aquel posesivo no es en vano).
La locura tiene un opuesto (la cordura), entonces, si digo que voy camino a la locura ciertamente estoy implicando haber tomado un camino en dirección contraria a la cordura. Probablemente, y en relación con el comentario anterior, una vez que haya llegado al “Polo Locura” ya no estaré en condiciones de afirmar verdad alguna.

 
At 27/7/06 20:33, Blogger Tomás Grounauer said...

Creo que usar la analogía de un camino no nos sirve, porque desde una mirada integradora se puede ir hacia un lugar y al mismo tiempo estar yendo hacia su contrario.

Si bien el opuesto gramatical de "locura" es "cordura", soy de los que creen que en general la vida no es una cosa de blanco o negro, que hay proporciones y aceptar una medida balanceada de ambas es la clave de la salud. No niego que existan las patologías; obviamente hay en todas partes del mundo casos graves de psicosis, pero no hablo de eso.

La cita de De Bono me inspira, referida a este tema, una manera valiente de ver la vida, una que no se paraliza por el miedo a algo (a la locura, en este caso) sino que lo incorpora a la experiencia.

Me acuerdo de la frase famosa y feliz del abundante Salvador Dalí: "La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco".

 
At 27/7/06 21:01, Blogger Carpe diem said...

Leyendo la Historia de la Locura (1964) de Michel Foucault (sí, Lau, Foucault) + mis cavilaciones personales al respecto, me quedo masticando lo siguiente: hay distintas formas de locura, la próxima entrada que haga probablemente la dedique a una que me atañe intrínsecamente (la melancolía).
Y rescato esta frase de Pascal: “Los hombres son tan necesariamente locos, que sería estar loco de alguna otra manera no estar loco”.

 

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