All together now
¿Escribimos algo todos juntos? Bueno, acá abro la posibilidad a quienes quieran intentarlo conmigo. Las reglas son facilísimas:
- Una PALABRA por comentarista (se admite una palabra y un signo de puntuación: coma, punto, punto y coma, guión, paréntesis, comillas).
- Hay que copiar y pegar lo anterior, de modo que en el último comentario vaya quedando el texto que se está conformando, ¿me explico? Acá va el ejemplo:
- La siguiente condición es que sea gramaticalmente correcta, es decir, se admiten giros poéticos y palabras inventadas, pero nada de “EL SILLAS” o cosas por el estilo (ni guarangadas innecesarias, che, que la edad del pavo ya la pasamos).
- Por último, no vale que una persona haga comentarios seguidos, siempre debe esperar al menos un turno (téngase a bien no hacer trampitas con el uso de anónimos y/o apodos varios).
- Y para que nadie se ofenda, sépase que borraré todo aquel comentario que no acate las 4 reglas anteriores, una cuestión de principios que le dicen.
Comentarista 1:
LA
Comentarista 2:
La CAMA
Comentarista 3:
La cama SUAVE...
Comentarista 4:
La cama suave... QUIZÁS
(Etcétera)
137 Comments:
TODOS
Todos EMPRENDEREMOS
Todos emprenderemos INNECES�RIAMENTE
Todos emprenderemos innecesariamente UNA
Todos emprenderemos innecesariamente una Y
Todos emprenderemos innecesariamente una y NO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no OTRA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra COSA.
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. FURIBUNDAS,
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, PALABRAS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras VANAS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas QUE
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que IMPIDEN
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden NUESTRA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra COMUNICACION
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación Y
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y RIDICULIZAN
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan OBSTACULIZANDO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan obstaculizando SENTIMENTICOSAS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan obstaculizando sentimenticosas CUANDO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan obstaculizando sentimenticosas cuando JUSTO
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Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los OPUESTOS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos DEVIENEN
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen EN
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Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples ARMONÍAS.
odos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. PERO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías.Pero CALLÉMONOS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías.Pero callémonos MOMENTANEAMENTE
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías.Pero callémonos momentáneamente PARA
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Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla CON
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con NERVADURAS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. DILUVIA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia EN
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en TUS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus PIES
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies QUERIDA.
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies querida. CASI
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies querida. CASI como
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies querida. Casi como PREMONICIÓN
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición EMPIEZO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo A
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a RODEAR
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear TU
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu INFINITA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita NOSTALGIA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia SOLA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, PRESINTIENDO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo IRRESISTIBLE
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irressistible ESA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa CICATRIZ.
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿QUIEN
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién ME
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me HA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha DEVORADO?
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿POR
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por CUÁNTO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto ESTREMECERSE
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse EN
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en PENSAMIENTOS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos VACUOS?
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿ACASO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso AMORDAZAR
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar LAS
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las EMOCIONES
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones VIRALES
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales OBLIGA
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga A
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a PERDER
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a perder EL
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a perder el HABLA?
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MOMENTO.
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a perder el habla?
Momento. OIGO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a perder el habla?
Momento. Oigo NÍTIDAMENTE
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a perder el habla?
Momento. Oigo nítidamente. SILENCIO
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a perder el habla?
Momento. Oigo nítidamente. Silencio ESTREPITOSO.
Todos emprenderemos innecesariamente una y no otra cosa. Furibundas, palabras vanas que impiden nuestra comunicación y ridiculizan, obstaculizando sentimenticosas cuando justo los opuestos devienen en simples armonías. Pero callémonos momentáneamente para reflexionar sobre cuáles han de ser las razones para sentir, escuchar, o discernir; para estrechar a mis ansiados y melancólicos omóplatos. Pienso, pero algo muy estridente impide concretar a mi entender aquello que preocupa, atormenta, importuna. Muero sin verdaderamente concebir esas innumerables circunstancias que fosforecen cada tanto; ocasionalmente contrae mi alma cierta melancolía dañina y creo entonces poder sujetarla con nervaduras. Diluvia en tus pies, querida. Casi como premonición empiezo a rodear tu infinita nostalgia sola, presintiendo irresistible esa cicatriz. ¿Quién me ha devorado? ¿Por cuánto estremecerse en pensamientos vacuos? ¿Acaso amordazar las emociones virales obliga a perder el habla?
Momento. Oigo nítidamente. Silencio estrepitoso. Púmbate.
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