noviembre 03, 2007

Minianimalismo

Según fuentes carpedianas, la expansión del minimalismo como filosofía de vida derivará en el surgimiento del “minianimalismo”. Dicha corriente será una consecuencia lógica —e inminente— de aquella voluntad expresa del minimalismo por reducir sus necesidades a lo esencial y prescindir de todo lo sobrante.
Luego de una larga práctica ascética, los seres humanos habrán de experimentar cuán indispensable puede ser para algunos —y ciertamente no para todos— la compañía de una mascota. Y es allí donde el minianimalismo ganará terreno: vista la necesidad de una mascota, la clave estará en buscarse una lo más pequeña posible.
Carpe Diem, siempre un paso más adelante en este tipo de cuestiones, ha brindado (parece que todo es excusa para un brindis) una entrevista exclusiva acerca de este tema; he aquí un fragmento de la misma:
A place to hideaway:Sabemos que empezó a practicar el minianimalismo, ¿podría contarnos un poco sobre esto?
Carpe Diem: —Ciertamente, pues bien, quienes me conocen saben cuánto me gustan las mascotas, y que hace ya casi 4 años la dobermann de mi vida descansa en paz (momento emotivo)... Desde aquel entonces empecé a desinteresarme por los objetos materiales, sólo me importaba tener aquello que me fuera necesario para vivir. Hasta que hace poco me di cuenta de que realmente sentía la necesidad de una mascota, aunque fuese ínfima.
A.P.T.H:¿Y entonces qué hizo?
C.D.: —Fui a mi jardín a meditar y allí mismo encontré la solución: una bonita hormiga vino a caminar por los dedos de mi pie derecho; le pregunté si quería ser mi mascota y, como no se negó, la tomé delicadamente y comenzamos una relación sin igual.
A.P.T.H.:¿Su mascota es una hormiga?
C.D.: —En efecto, Mica se llama (de formica, ‘hormiga’ en latín).
Entre diversos detalles curiosos y divertidos, Carpe Diem nos comentó que, si bien acepta que el término ‘minianimalismo’ quizás no sea el más acertado —dado que principalmente se trataría de insectos y no animales—, “la propuesta es clara y posiblemente adquiera muchos adeptos”.
Asimismo, auguró que las mascotas más deseadas bien podrían ser la vaquita de San Antonio y/o los bichitos de luz, pero que —como “sobre gustos no hay nada escrito”— todo es posible y cada cual es libre de elegir el animal/insecto que quiera, “lo importante es darle afecto y no excluirlo de su hábitat natural”.
Se verá con el tiempo si efectivamente el minianimalismo se convierte en furor o no; mientras tanto le preguntamos: ¿cuál sería su mascota si usted fuera minianimalista?

7 Comments:

At 4/11/07 04:38, Anonymous Anónimo said...

desde que se me murió el sea monkey, nunca nada volvió a ser lo mismo.

 
At 4/11/07 11:05, Blogger Fodor Lobson said...

La cucaracha es una de las mejores mascotas del mundo. Por ejemplo, no hay que comprarle un alimento balanceado especial, se apaña con lo que encuentra detrás de la cocina.
Además la cucaracha siempre te anima la fiesta cantando:
la cucaracha, la cucaracha,
ya no puede caminar
por que no tiene, porque le falta,
marihuana pa'fumar

Un plato... además la mía está escribiendo un cuento de cómo un día soño que se despertaba y era un hombre.

 
At 4/11/07 14:40, Blogger Tomás Grounauer said...

Una ameba.

 
At 4/11/07 17:41, Blogger EnLaOscuridadDeLaNoche said...

Un amigo mío tenía una arañita.
Yo... pues creo que sería incapaz de tener una mascota... no condenaría a ningún pobre animal a convivir ( o morir) a mi lado, no creo que fuera capaz de darla una vida adecuada.
Bastante "torturo" a mis pobres plantas...
Besos.

 
At 6/11/07 22:00, Blogger Carpe diem said...

Ramiro: Me vas a hacer llorar. ¡Qué recuerdos! Y cómo lo siento, de más está decir que no habrá sido/es/será algo fácil de superar. ¡Ánimo! (Palmadita)

Fodor Lobson: Mica le manda un saludo a su Kafkita, y suerte con su libro. Creo que lo único no-positivo de tener una cucaracha es que se complica a la hora de invitar familiares, amantes, amistades (quizás en particular de sexo femenino, aunque también de sexo masculino, che, que conozco a varios que les tienen asco)... en una distracción, un susto, un qué sé yo, puede morir aplastada por un buen zapatillazo. Un muerte muy dura.

Cerebro: ¡Flor de minianimalismo! Muy buena elección. ¿De algún tipo en especial?

En la oscuridad...: Nunca diga nunca ;-) Y créame que la relación cuidado planta / cuidado animal no es necesariamente equivalente. Y estar a su lado no creo que sea ninguna condena, ¡CHE! Seguro que por allá tiene un par de gavilanes que le arrastran el ala, já. Saludos.

Me voy a pasear a Mica, no encuentro el hilo-correa, y sin eso no la puedo sacar, a ver si todavía me la pisan. En fin.

Al brazo hormigueante

C.

 
At 7/11/07 10:58, Blogger Unknown said...

Yo tuve una arañita, mas bien yo me veía con una arañita todas las mañanas al hacer el café con leche, más bien fueron tres mañanas, porque aparecía en la pileta y yo la sacaba para que no se ahogara. Parece que tenía tendencia suicida. A la tercera mañana me levanté más tarde y alguien lavó los platos y la arañita se ahogó y su cadáver quedo ahí en la pileta como prueba evidente de todo el asunto. Le había puesto nombre pero no me acuerdo.

 
At 7/11/07 21:12, Blogger Carpe diem said...

Ary: Lo mínimo también está en la expectativa de vida de dichos animalitos. ¡Bienvenido al minianimalismo! Saludos.

C.

 

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