agosto 29, 2006

Entremetido

Al principio le sucedía sin querer. Cada vez que iba caminando por calles muy transitadas, terminaba atrapado entre los brazos de alguna parejita de tórtolos que iba tomada de la mano y no quería despegarse ni medio instante.
Ahora lo hace adrede. Él dice que comenzó a actuar así porque se sentía fastidiado por el hecho de quedar aprisionado pese a su voluntad. Entonces, como una forma de repudio, se propuso como ‘cometido’ romper cuanto lazo manual se cruce por su camino.
De todos modos, yo creo que la verdad es otra. Me parece que él sólo quiere —aunque sea unos segundos— sentirse abrazado.

3 Comments:

At 30/8/06 10:30, Anonymous Anónimo said...

El día que viajó en subte a las 8:30 de la mañana se relamió y disfrutó de la pegatina. A las 11:00 le dio un ataque depresivo porque ya nadie lo tocaba. Despues volvio a las calles, pero sentirse en una lata de sardinas se convirtió en un vicio.

 
At 30/8/06 10:56, Blogger Tomás Grounauer said...

¿Quién no quiere sentirse (y ser) abrazado?

 
At 30/8/06 22:30, Blogger Carpe diem said...

Ary: y sí, sobre gustos no hay nada escrito. De todas formas, no confundir ‘ser abrazado’ con ‘ser apoyado’.

Brain: venga un abrazo, amigo!

---
Quería agregar que lo divertido de este ‘entremetido’ es la reacción que provoca en las parejas desprevenidas. Pero nunca faltan los ingeniosos, el otro día, por ejemplo, unos no se soltaron hasta llegar a Tigre, así que lo arrastraron hasta allá.

 

Publicar un comentario

<< Home