De SEXXXO

(Este post, merced al título, quizás tenga la fortuna de ser leído en completud pese a su extensión, ¿quién sabe?)

Revisando mi blog me percaté de que nunca había hablado de sexo en este ámbito; a lo sumo la alusión evidente en los chistes de COGER (cf. Fucked in translation I y II) y en You give me fever, pero creo que no mucho más. Curioso, llamativo.
El sexo es muy importante en la vida de las personas, oh sí; no digo que sea indispensable (me atajo por si hay algún “purista”), pero sí importante (no tengo ganas de discutir, así que denme la razón, já).
A mí me gusta mucho XXXX; me fascinan las XXXX; me encanta que me XXXX y ni te digo si me XXXX. Eso sí, no tengo particular interés por XXXX, pero creo que quizás sí probaría XXXX, si pinta, sólo si pinta. En la cama me divierte XXXX y me gusta hacer y tener XXXX. Nada más placentero que XXXX.
No, gente, no es la idea de este post hablar de mi intimidad ni de la de nadie. A mí no me cambia nada saber cuántas veces te masturbás por año, mes, día, hora ni con cuántas personas tuviste sexo ni detalles de ninguna índole. (Acá es donde quizás la desilusión sea la causa de abandono de algún lector).
¿Qué catso es este post entonces? Es una de mis cavilaciones en voz alta (o en “teclado alto”, ¿cómo cornos es la frase cuando es en forma escrita?). Hay gente que no tiene tapujos en hablar de pija, tetas, culo, posiciones, etc., sin ninguna clase de filtro. Hay personas a las que escribir/leer la palabra “pija” ya le causa rubor. Yo no estoy en ninguno de esos 2 grupos: no hablo con cualquiera de los detalles, sí puedo hacerlo libremente con mi pareja y/o con mis amistades más íntimas (hacerlo = hablarlo, nunca falta el gracioso); y puedo escribir “concha” sin sentir estar cometiendo un pecado ominoso.
Y acá está el quid de la cuestión: que cada cual haga de su vida lo que mejor le parezca, pero me da la sensación de que, de los 3 grupos delimitados (puede haber más, pero creo que tal generalización es suficiente), el del rubor no es recomendable. Ser capaz de hablar abiertamente (a calzón quita'o) con —al menos— nuestra pareja es también sumamente importante.
Quizás vos lo hacés, y lo que escribo te parece una gansada, pero lo hago (hago = escribo) porque sé que no todos lo hacen (lo hacen = hablan a calzón quita'o con su pareja). Sé que hay muchos hombres que no les preguntan a las mujeres qué quieren, qué les gusta más, etc.; así como sé que hay muchas mujeres que jamás osarían proponer algo diferente a lo que se les ofrece; no sé cuánto diálogo hay en las relaciones homosexuales, pero nada implica que sea necesariamente mayor.
En fin, a lo que voy es que pareciera que pasan los años y “hablar de sexo” sigue siendo un tema. ¿Falta educación sexual? ¿Falta diálogo en la familia? ¿La Iglesia juega verdaderamente en contra? ¿Por qué puedo encontrar mil y un páginas web porno y pocas personas que hablen de sexo con sus parejas? Tal es el esbozo de mi cavilación.
Bueno, gente, como yo eventualmente soy de decir algunas guasaditas (pocas, el abuso no es bueno) y/o darle a las cosas un tinte sexual (siempre en un círculo íntimo y sin faltarle el respeto a nadie), y esa parte mía no se ve en este blog, me pareció que al menos podía dedicarle unas palabras al tema. Y ya está hecho.