enero 27, 2012

Tradutore traditore

Google está muy ocupado con sus nuevas leyes de privacidad y esas suculencias. Mientras tanto, parece haber algún gracioso por ahí al que tarde o temprano —y me parece que será temprano por la velocidad en que se difunden estos chistecitos— le caerá encima una horda de feministas.

enero 23, 2012

Dragón de Agua

Ya veremos qué nos depara este nuevo año chino

enero 04, 2012

[RE]LEER

Releer un cuento es algo que, dada su extensión, puede hacerse con relativa facilidad y también algo que hago de tanto en tanto. Releer novelas no sé cuán común es, pero si sé que yo también lo hago de tanto en tanto. Me agarran épocas. Después de un ciclo de lecturas nuevas, se me da por volver a leer algunos libros. Eso sí: añejos, nunca de la última tanda de lectura. Y me doy cuenta de que en mi adolescencia leía bastante y cada tanto me pregunto qué cornos tenía en la cabeza para andar leyendo Dostoyevski a los 16 años y/o qué tanto pude haber entendido de Kafka a esa edad.

Las más de las veces me cuestiono por qué nos hacían leer determinados libros en la escuela, libros que son geniales pero que a los 14 años no tienen demasiado sentido. Pienso cuántos de mis compañeritos habrán vuelto a releer esas genialidades y me sale una mueca de lástima. No creo que sean muchos, ojalá me equivoque. Lo que me da lástima es que, en general, muchas personas formaron su opinión con respecto a ciertos libros cuando eran muy pequeños y es muy difícil que la modifiquen si esos libros no vuelven a ser leídos. Si el Quijote te pareció un embole a los 15 años, cómo hago para convencerte de que ese libro es fabuloso, que dale, en serio, dale una nueva oportunidad...

Pero bueno, estoy hablando de otra cosa, yo sólo pretendía escribir sobre mi tendencia natural (?) a la relectura. Sólo por placer. Releer La insoportable levedad del ser (por poner un ejemplo e intentar ganar al menos un adepto [guiño a Ramiro]) es como volver a hacer el amor con alguna antigua pareja (por hacer un parangón un tanto cursi/trillado pero efectivo a la vez). Sabés que la vas a pasar bien, que lo vas a disfrutar tanto o más que la otra vez, y quizás descubras algo nuevo o tal vez te lleve a una zona tan diferente a la anterior. A veces me parece que releer un libro es una forma de releerse a uno mismo. Habrá que ver por dónde me pega esta vez, podré preguntarme también por qué se me dio por releer ahora X libro, podré recordarme (o no) en aquella primera oportunidad y rememorar las cosas que pensaba entonces.

En fin, sé que hay muchísimo por leer, que hay libros que me esperan desde hace rato; no obstante, cada tanto sucumbo y me encuentro con viejos libros-amantes entre mis manos y no puedo dejar de llevármelos otra vez a los ojos. Cada loco con su(s) libro(s).