septiembre 28, 2006

SOLER

Sí, también tengo verbos preferidos y éste es uno de ellos. Pocos idiomas tienen un verbo como soler, generalmente suplen su carencia con algún adverbio o alguna construcción que da la idea de un hábito. El hecho de que el español lo tenga me llena estúpidamente de orgullo, y cada día que pasa me convenzo más de la inmensa riqueza semántica de nuestra lengua.

Suelo sumergirme en cuestiones de filosofía del lenguaje al meditar acerca de su defectividad (un verbo defectivo es aquel que no es posible conjugarlo en todos los tiempos), y uds. saben ya a esta altura que suelo irme al carajo con cuestiones como éstas.

El adjetivo insolente proviene precisamente de este verbo (del participio latino insolens, ‘in+solere’) y ya Covarrubias lo definía así en su Tesoro de la Lengua Castellana (1611): “El sobervio y arrojado, desvanecido; porque las cosas que éste haze no las hazen los demás ni acostumbran tal modo de proceder. Insolente, cosa la que raras vezes se vee. Insolencia, la tal osadía, sobervia y demasía.”

Es una lástima que hoy en día este adjetivo casi no se utilice, porque yo me esfuerzo cotidianamente, propasando todo límite y profiriendo cantidad de barbaridades a los transeúntes, esperando el día en que alguno me diga “Insolente” y yo pueda entonces responderle: “No, yo suelo”. Por ahora, y hasta tanto logre mi cometido, deberé afrontar el hecho de que, merced a los golpes propinados, suelo terminar en el suelo y recién ahí suelo recordar mi estupidez.

septiembre 26, 2006

Salvador Dalí

“Desde mi tierna infancia, tengo la viciosa tendencia a considerarme diferente del resto de los demás mortales. Esto también estoy a punto de conseguirlo.”
En Diario de un genio, 26 de mayo de 1953

Torero alucinógeno (1969-1970)

En mi humilde opinión, la genialidad de Dalí es en la pintura lo que para en la música son los Beatles y en la literatura Cortázar. A algunos estas personalidades podrán gustarles más o menos, pero —más allá de mi gusto personal— considero que nadie puede dejar de admitir que tenían un don. Lo que Dalí logró en sus cuadros no lo he visto jamás en ningún otro pintor, NUNCA (y me permito decirlo tras algunos años de estudio de Historia del Arte).

Si hoy me encuentro escribiendo unas burdas palabras acerca de mi artista plástico predilecto, es porque vine a descubrir que, además de su genio, el surrealismo, su eventual psicodelia, sus bigotes y todo lo que habitualmente puede llegar a implicar su figura, existe algo más que tiene relación con él y produce en mí un efecto particular: un perfume con su nombre.
Quienes me conocen saben que mi sentido del olfato hace ya varios años dejó de funcionar con la normalidad del resto de los mortales. Sin embargo, tengo algo serio con los perfumes, quizás porque sea una de las pocas cosas que aún puedo oler. A veces no lo digo (porque puedo llegar a resultar un ser más obsesivo de lo que ya aparento), pero realmente tengo un registro de los perfumes de mis amistades; a cada persona, una (o dos) fragancias para identificarla a ojos cerrados.
Y lo que me pasa es que viajo en subte, por ejemplo, y mi cerebro procesa información conocida, y me doy vuelta para ver si es una de mis amistades o simplemente otra persona con la misma elección ‘fragancieril’. Conclusión abrupta de este divague: o tengo una nueva obsesión, o mucha gente usa la fragancia Dalí.

septiembre 25, 2006

Post-it

Enseguida vuelvo.
C.

septiembre 23, 2006

Fucked in translation II

Similar al ‘post’ del día 24 de agosto, en este caso quiero rescatar una de esas pequeñitas cuestiones de pronunciación extranjera que no dejan de tener su encanto.
Algunos brasileños tienen cierta dificultad a la hora de pronunciar una vibrante múltiple (rr), cuestión que puede derivar, por ejemplo, en un diálogo tal como el que una alumna mía tuvo con el taxista:
—Por favor, señor, vamos cogiendo que estoy apurada.
—Mirá, linda, si vamos cogiendo no vamos a llegar a ningún lado...

septiembre 21, 2006

VER

Así se decía “primavera” en latín clásico... bizarro, ¿no?
¿Que cómo se decía entonces “verano”? Æstas, de allí viene “estío”, por ejemplo (después —si les interesa— me explayo con estas etimologías en los comentarios, tampoco pretendo aburrirlos).
Tengo la maldita costumbre de jugar con las palabras, descomponerlas y perderme en fantasías pseudo-etimológicas tan suculentas que me avergüenza contarlas, y no porque sean lujuriosas (aunque algunas lo son), sino porque dan cuenta de mi locura lingüística.
No voy a relatarles mi recorrido mental acerca del tema (eso me avergonzaría aún más), tan sólo arrojaré una cavilación final medio absurda: la primavera es la estación que más relación guarda con el sentido de la vista.

En fin, allá afuera hay gente haciendo picnics, tocando la guitarra, bebiendo, tomando sol, dejando aflorar una suerte de sentimiento primaveral. Me pregunté qué me generaba a mí esta estación y la respuesta vino en forma de canción, una de mis preferidas. Creo que esta letra y la primavera van decididamente de la mano:

Dear Prudence, won't you come out to play?
Dear Prudence, greet the brand new day:
The sun is up, the sky is blue,
It's beautiful and so are you.
Dear Prudence, won't you come out and play?
Dear Prudence, open up your eyes,
Dear Prudence, see the sunny skies.
The wind is low, the birds will sing
that you are part of everything.
Dear Prudence, won't you open up your eyes?
Look around round,
look around round round,
look around.
Dear Prudence, let me see you smile,
Dear Prudence, like a little child.
The clouds will be a daisy chain,
so let me see you smile again.
Dear Prudence, won't you let me see you smile?
Dear Prudence, won't you come out to play?
Dear Prudence, greet the brand new day:
The sun is up, the sky is blue,
It's beautiful and so are you.
Dear Prudence, won't you come out to play?
(The Beatles, 1968)

septiembre 19, 2006

Éramos jóvenes

Y evidentemente estábamos muy al gas...
Revolviendo mi PC —si es que acaso semejante expresión puede ser trasladada a la electrónica— me topé hoy con unos viejos escritos que otrora un gran amigo y yo creamos en una de nuestras tardes de mutua compañía.
La consigna era escribir sobre el papel, una vez cada uno, una frase o una palabra, el otro continuaba. Similar a un cadáver exquisito. El texto, como habrán de imaginarse, no es gran cosa; de hecho, sabiamente el archivo que lo contenía (junto con otros —¡sí, hay más!—) fue titulado “Delirios” (¿y cómo/cuándo fue que decidí tipearlos?).
Este ‘delirio’ lo posteo para que vean cómo tiende a volarse la mente humana. Pero no sólo eso, también quiero rescatar lo fabuloso que es tener buenos amigos con los cuales distenderse, ya sea haciendo cualquier boludez, pues de esos pequeños momentos también se solidifican las amistades. Así fue como hoy, rememorando esto, él y yo nos reímos un rato.

Lentamente, suavemente, eternamente espiritual, la soledad del cosmos rendirá fortaleza a los planetas. Quizás hoy descubra que el mundo está hecho de sueños exquisitos y no de materia putrefacta ni de barro moldeado. Simplemente perdura porque en toda la atmósfera se cuecen muchos pensamientos concernientes a estalagtitas metafísicas, patafísicas. Tal vez aves cuneiformes formen formaciones, iones, protones, botones, melocotones, cotonetes. Probablemente, entes diferentes entren enfrente. Así, asá, payar maracuyá ya yalalá, dabadaba tiruliru chiribin-chiribín chiquilín querubín trampolín pirulín monopatín esquizofrenia es tu- mandíbula bula papal dental de tal palo tal astilla dentoalveolar caca poca-hontas microondas. (26/04/99)

septiembre 17, 2006

...àlla arap yov oY

.oditnes odaisamed eneit on ay euq ol sàrta rajed ed, soibmac ed acopè sE
.rolod ed sisod anu acilpmi nèibmat oleud nu ranimret euq saìd somitlù sotse ne ìdnerpA
.samirgàl noc, samirgàl sase ed emridepsed a dadilibarenluv adimìt im ne ìdnerpa Y
“.niaga og ew ereH
.arac us ne odnalpos otneiv le are obmur ed oibmac nu ed acram al, zeàP otiF araP
.nòiccerid ed oibmac im, orig im yoh nañapmoca sarbalap sim, ‘laretil’ sàm se oìm oL
.sedadilibisop saveun nerba eS
“...àlla arap yov oy, orepse on aY

septiembre 15, 2006

Perspectiva

El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.

Antonio Machado
(Proverbios y Cantares)

septiembre 14, 2006

Salud mental

El aburrimiento producto de permanecer en cama más de dos días (fruto de alguna dolencia y/o estado febril) puede alcanzar límites insospechados, o mejor dicho, sobrepasarlos.
Cuando me vi mirando programas televisivos matinales de calidad más que dudosa, sentí la primera alarma. Me consolé diciéndome “y bueno, leer o estudiar no podés, C., ya lo intentaste y tu cerebro no está para concentrarse”. Lo cierto es que también la TV me aburrió (no estaré bien de salud pero tampoco la pavada).
Alguien me aconsejó: “Aprovechá para descansar la mente o para escribir algo sobre el aburrimiento”. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi salud física y mi salud mental se habían puesto de acuerdo en mostrar una imagen patética de mi persona.
Vean ustedes: de tanto repetirme “Me aburro”, llegué a pensar por qué siempre al burro le toca la peor parte. Para liberar al pobre animalito de tanto peso que habitualmente debe cargar sobre su lomo, pasé a expresarme con otras variantes: “Me aperro”, “Me asapo”, etc.
Tras mucho pelotudeo, encontré una opción que —en mi delirio, al menos— me dejó conforme: “Me abúho”.

septiembre 13, 2006

Nunca quise tanto a nadie como a vos

Para odiar hay que querer,
para destruir hay que hacer,
y estoy orgulloso de quererte romper
la cabeza contra la pared...
Por todas esas cosas que tenemos en común
hace tiempo ya marchaste de acá,
te cansaste de mí, yo me cansé de vos
pero cuando nos miramos sabemos que no es verdad.
Porque tanto te quise y tanto te quiero
siempre una marca tuya llevará mi corazón.
Disculpá si te parece raro
pero comparto la opinión que escuché en una canción:
“Si la amas déjala ser, si la quieres déjala volar”
nunca fui tu patrón, no quisiera cambiarte
y no quiero que pierdas tu personalidad.
Para odiar hay que querer...
Para dejar hay que beber,
para morir primero hay que nacer,
siento ganas nuevamente de tirarme a tus pies
y llevarte a mi morada otra vez.
Si lo sembrás lo recogés,
y si esperás vas a entender...
cuando las cosas salen como no las espero
la vida me hace más guerrero.

septiembre 11, 2006

You give me fever

“Fever in the morning...
Fever all through the night.”

Es de noche. La temperatura comienza a subir y mi cuerpo se estremece al sentirla en mí. En la cama hay movimientos tenues acompañados de suspiros, luego movimientos más ansiosos bañados de sudor, quejidos, susurros y sábanas que van y vienen. Ella es la causa de todo, principalmente de mi delirio.
--- * ---

No deja de resultarme curioso que la misma descripción pueda estar haciendo referencia a una noche para el olvido o una para el recuerdo (o bien una misma noche con dos instancias iguales aunque diferentes). En fin, me voy a dormir, tuve una nochecita...

septiembre 08, 2006

Pichichus hambrientus

Muchas veces he escuchado el ferviente anhelo de mis amigos de que el Coyote pudiera comerse de una buena vez al Correcaminos. Siempre tengo 8 años en algún rincón de mi corazón y mi veta infantil me llevó a descubrir el video que les adjunto, una verdadera perlita, lo más cercano que la Warner Bros. estuvo de cumplir los sueños de más de uno. Os invito a hacer click y disfrutar de una pequeña regresión de 1 minuto y 40 segundos (Coyote catches Road Runner). Las caras del Coyote son extraordinarias y la música no se queda atrás.
Asimismo, vine a enterarme —ayer nomás— de la existencia de 10 reglas inamovibles a la hora de crear cada capítulo de este añejo dibujito animado, una suerte de filosofía ‘Road Runner’, a saber:
Nº 1: El Correcaminos no puede dañar al Coyote más que con su “beep-beep”.
Nº 2: Ninguna fuerza externa puede dañar al Coyote más que su ineptitud o la falla de algún producto ACME.
Nº 3: El Coyote podría detenerse en cualquier momento, si no fuera porque es un fanático.
Nº 4: Jamás diálogo alguno, excepto “beep-beep”.
Nº 5: El Correcaminos debe permanecer en el camino por el simple hecho de ser un “correcaminos”.
Nº 6: Toda acción debe estar confinada al ambiente natural de los dos protagonistas, es decir, el desierto del sudoeste norteamericano.
Nº 7: Toda herramienta, arma o artefacto mecánico debe provenir de la Corporación ACME.
Nº 8: Siempre que sea posible, hágase de la gravedad el peor enemigo del Coyote.
Nº 9: El Coyote es siempre más humillado que herido por sus fracasos.
Nº 10: La simpatía de la audiencia debe permanecer del lado del Coyote.

septiembre 05, 2006

Graffiti

Hace ya varios siglos que ha comenzado esa misteriosa costumbre de algunas personas por dejar algún tipo de inscripción en muros, puertas (especialmente de baños), sillas, mesas, etc.
En mis estudios de Filología y de Historia de la Lengua he tenido el placer de apreciar inscripciones realmente muy antiguas (s. VIII a.C.) que tienen un valor testimonial inmenso a la hora de reconstruir una lengua.
Más allá de lo lingüístico y de la posibilidad de apreciar cuán poca diferencia hay entre los de ataño y los actuales en cuanto a la índole de los mensajes transmitidos, encuentro que algunos graffitis tienen un grado de abstracción extraordinario, una concentración envidiable de palabras e ideas, más esa marcada tendencia al humor/ironía. No cualquiera escribe buenos graffitis.
En los baños de la Facultad es posible hallar uno nuevo cada día; el último que leí tenía su toque de gracia (“Tomar el ascensor no me elevará”), aunque los hay mejores. ¿Conocés alguno?
Mi preferido hasta la fecha vino de la mano de un maestro: Benny Hill. En su show habitualmente se plasmaba algún graffiti y éste me quedó grabadísimo: “Haga volar su imaginación, fume dinamita”.

septiembre 03, 2006

“Circo beat”

Existen noches bizarras, en las que personas nuevas practican un tránsito fugaz en nuestras vidas. También hay puertas que se traspasan y donde todo se transforma al borde de la absurdidad. Asemeja un circo, con personajes extraños, música a un volumen inexplicablemente variable y pantallas que reflejan más imágenes grotescas... pero nada importa demasiado. Estamos más allá de la psicodelia, de los ’70, del vaya uno a saber qué. “Má sí”.
El alcohol abre más el diálogo y comienza a mostrar otras aristas en los rostros, en las actitudes y, especialmente, en las palabras. Ya algunas se tornan impronunciables y la risa enajena las ideas. Caigo decadentemente en una apuesta ridícula y, peor aún, pierdo. Pero mi geografía está intacta. Las ‘nochecitas’ de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste?