Carpetimología mensual
Mal que mal, ya referí en otras oportunidades de dónde vienen los nombres de las estaciones del año (otoño, invierno, primavera y verano), así como también lo numérico de los meses que terminan en -bre junto con la cuestión de Julio y Agosto (véase diciembre y, de yapa, el asunto del bisiesto).
Quisiera completar el año y comentar de dónde vienen los nombres de los meses restantes. Así, en la próxima entrega carpetimológica, podría dedicarles unas líneas a los días de la semana, ya que el asunto está relacionado de alguna manera.
Si en su momento no te dormiste ante la lectura de alguno de aquellos viejos posts, sabrás que Julio César tuvo mucho que ver en el armado del calendario tal como nos llegó. La historia de la lengua, por su parte, puede explicarnos claramente cómo fue que evolucionaron las palabritas desde el latín hasta llegar a lo que hablamos hoy. Tema que —ya bien lo sabrás— me interesa de los pies a la cabeza.
Te voy a ahorrar la cuestión evolutiva (cualquier consulta, hacémela nomás) y me limitaré a indicar de dónde derivan. Después podrás comparar con otros idiomas y meditar cuán grande es el latín, jé.
Enero: de Januarius. Jano + el agregado -arius. ¿Quién era Jano? El dios de las puertas, de los umbrales, de las transiciones... tiene lógica que el año empiece con él, ¿no?
Febrero: de Februarius. Februa + el agregado -arius. En ese mes tenía lugar la fiesta de la februa, que era una suerte de ritual de purificación (februo=purificar).
Marzo: de Martius. Era el mes consagrado a Marte, dios de la guerra. (Yo lo hubiera puesto antes de la purificación, así limpiábamos la sangrecita, pero bueh).
Abril: de Aprilis. Acá no se sabe con certeza de dónde proviene, unos dicen que tiene relación con el verbo aperire (=abrir) y lo primaveral del mes en ese hemisferio; otros afirman que era el mes dedicado a Venus-Afrodita y que la palabra derivaría del griego Aphri- (más otros detalles que me/te ahorro).
Mayo: de Maius. Mes consagrado a la diosa Maia, también conocida como la Bona dea, diosa de la fertilidad, la castidad y la salud.
Junio: de Junius. Dedicado a Juno, la esposa de Júpiter, diosa de la maternidad y del Estado, entre otros atributos.
Resultaron ser bastante devotos los amigos romanos, ¿no? Sí, ya sé, Obélix: “Estos romanos están majaretas”.