noviembre 29, 2006

De amor de locura

“En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón”.
Friedrich Nietzsche

noviembre 27, 2006

Cada loco con su tema

Nuestra relación duró muy poco. Evidentemente el problema era más grave de lo que pensaba, porque cuando le pedí, mientras me duchaba, que me pasara el “agua con lauret sulfato de amonio, laurilsulfato de amonio, cloruro de sodio, diestearato de etilenglicol, dimeticona, xilenosulfonato de amonio, alcohol cetílico, MEA cocamida, cloruro de guar-hidroxipropiltrimonio, citrato de sodio, polideceno hidrogenado, benzoato de sodio, ETDA disódico, tricaprilato, tricaprato de timetilolpropano, ácido cítrico anhidro, pantenil etil éter, metilcloroisotiazolinona y metilisotiazolinona”, no dudó en tomar sus cosas y partir tras dejarme una expresión de fastidio. Simplemente no podía soportar que mi pronunciación fuera tan perfecta.

noviembre 23, 2006

Silencioso cadáver exquisito

Lo que decido callar ya en realidad no es decisión alguna.

¿Por qué lo que nos queremos decir queda estancado al ser pensado varias veces?

Algo está latente y se vislumbra en cada beso y en cada mirada que nos robamos en secreto y con sigilo, tan disimuladamente que el robo no es tal y se torna algo distinto.

¿A qué le tenemos miedo? ¿Es realmente el miedo el que nos calla?

Cuando no te digo lo que pienso es porque pienso demasiado lo que digo.

¿Y qué pasa si lo escupimos sin previo análisis?

Decirte realmente lo que siento excede límites que desconciertan y me pierdo en mi silencio casi tanto como en el tuyo.

Mirémonos a los ojos, pero acompañemos también el contenido de nuestras miradas con palabras.

No arriesgarnos implica no perder, así como tampoco ganar... un espacio etéreo en el que jugamos sin jugarnos.

Vos y yo
20/11/06

noviembre 21, 2006

LOVE

La emoción me embarga y me embriaga. Hace apenas 15 minutos adquirí mi ansiado ejemplar del último disco de Los Beatles, ése que hoy (21 de noviembre) acaba de ser lanzado a la venta.
Saboreando aún el placer de haberlo comprado, tan pronto como dé el click final a este post, procederé a quitarle el bonito celofán que lo recubre y me dispondré a disfrutarlo a todo volumen. (Y que me vuele la sonoridad por el aire).
Confío en tu maestría, George Martin, querido 5º beatle; luego de tantos años dudo mucho que justo ahora hayas hecho algo que pueda decepcionarme.
En cuanto termine de extasiarme, prometo volver para dejarles mi opinión, ésa que de objetiva tendrá poco y nada.


Psicodélica Star, lamento realmente mucho que no puedas estar aquí conmigo para compartir este preci(o)so instante. Podría esperarte unas horas, pero no así un día, y sé que lo sabés y me entendés, más aún habiéndome visto ayer mismo soportando la espera y relamiéndome con el sueño de este momento. El disco estará acá para vos y toda aquella persona conocida que ansíe escucharlo (fanático amigo Tomás, cuando quieras).

noviembre 19, 2006

(Push) UP

el ánimo :)

para levantar

Escribí esto

noviembre 17, 2006

Un cacho de cultura

Hoy, unas palabras acerca de un pintor francés quizás no tan conocido por todos: Jean-Désiré-Gustave Courbet (1819-1877), considerado uno de los máximos exponentes del realismo y del naturalismo.
Yo no soy muy amante de la pintura figurativa (prefiero el surrealismo, el futurismo, lo abstracto y ese tipo de cosas), pero los franceses de alguna forma siempre logran que no pueda negarles mi admiración.
Courbet se ganó la fama de artista peligroso (es decir, contestatario), entre otras razones, porque la temática por él elegida no era la habitual ni la políticamente correcta para la época. Courbet pintaría escenas ‘vulgares’, tales como la imagen de un grupo de bomberos apagando un incendio, una ‘escandalosa’ siesta entre lesbianas notoriamente satisfechas, o bien algo tan ‘impactante’ como ESTO.
A la hora de hablar, no tenía pelos en la lengua, y era capaz de proferir algo así: “Yo soy courbetista, mi pintura es la única que tiene valor, yo soy el primero y el único a la cabeza de mi tiempo. Se me acusa de vanidad. Yo soy en efecto el hombre más libre y el más orgulloso de la tierra” (postura que sería luego retomada por Dalí).
En fin, uno de esos personajes peculiares del mundo del arte. Si tienen ganas de más, tipeen su nombre en cualquier buscador y tendrán para entretenerse un rato.
Yo me despido hasta la próxima y les dejo una de las opiniones de Emile Zolà acerca del pintor en cuestión (lamentablemente será sólo para los que sepan francés, no dispongo del tiempo para hacer la traducción en esta oportunidad, igual creo que se entiende bastante). Coincido con Zolà en la elección de los otros grandes talentos del siglo XIX (aunque no en el orden de importancia que establece), así que quizás otro día los aburra dedicándoles unas líneas a Ingres y a Delacroix.

“Je m'occuperai tout d'abord de Courbet. J'ai dit que jusqu'ici il y a eu trois grands talents dans l'école française du XIXe siècle: Eugène Delacroix, Ingres et Courbet, et que ce dernier était aussi grand que les deux premiers. Les trois ensemble ont révolutionné notre art: Ingres accoupla la formule moderne à l'ancienne tradition; Delacroix symbolisa la débauche des passions, la névrose romantique de 1830; Courbet exprima l'aspiration au vrai — c'est l'artiste acharné au travail, asseyant sur une base solide la nouvelle formule de l'école naturaliste. Nous n'avons pas de peintre plus honnête, plus sain, plus français. Il a fait sienne la large brosse des artistes de la Renaissance, et s'en est servi uniquement pour dépeindre notre société contemporaine (...)”

noviembre 15, 2006

Diez años después

No fue casualidad, sino que estaba previsto así: cumplidos 10 años del fin de nuestros estudios, habría una reunión de egresados. Fue así como hace poco volví a ver aquellos rostros que 10 años atrás veía cotidianamente y que, tras terminar el secundario, dejé de ver casi como por arte de magia.
Apenas entré, me dirigieron estas palabras en tono exclamativo: “Estás igual vos”. No sé si me mintieron o no, pero yo no pude decir lo mismo de varios de los allí presentes. Algunos de los muchachos perdieron gran parte de su cabellera (o directamente toda), algunas de las muchachas adquirieron (ya sea por desarrollo personal o simple cirugía) nuevos senos, algunos agregaron un par de kilos a sus cuerpos (damas embarazadas y/o amatronadas, caballeros de buen comer y/o beber). Digamos que el tiempo no pasó desapercibido.

Personalmente, ya sea por una cuestión genética o no, no perdí cabello, no subí de peso (siempre me caracterizó mi delgadez); no se me cruzó ponerme siliconas y por ahora no tengo planes de tener hijos, mucho menos casarme. Conclusión: físicamente no se percibe cambio notorio (sólo yo sé —y ahora ustedes— que tengo 3 canas que antes no tenía).
En el colegio siempre me sentí sapo de otro pozo, y eso no cambió en absoluto. Esos otros no son como yo, de hecho son muy diferentes. Diez años después volví a ver ese abismo insondable que nos separa. (Ojo, esto puede sonar despectivo y no pretende serlo. Guardo cariño por esas personas con quienes compartí largos años de mi infancia y adolescencia, pero es evidente que lo único que tuvimos en común fue aquella circustancia temporal, nada más).
La tendencia entre mis compañeros, hombres y mujeres, fue la siguiente (y no exagero): 30% estudió derecho (si algún día necesito abogados, tengo para tirar al techo), 25% estudió medicina (otra ventaja), 20% estudió contabilidad y/o marketing y/o administración de empresas, 20% estudió arquitectura y/o diseño y el 5% restante tiene un poquito más de variedad. No dejé de sorprenderme al saber que 3 compañeros son seminaristas y eligieron “el camino de Dios” (sic); 2 estudiaron publicidad; 2 psicología y alguien muy de la cabeza estudió Letras.
De la reunión rescato dos o tres cosas. Una fue volver a ver a una persona a quien le había perdido completamente el rastro, alguien que también solía sentirse sapo de otro pozo y con quien de hecho compartimos una divertida época de conservatorio y clases de teoría y solfeo (lo cual me recordó indefectiblemente aquella etapa de mi vida en que conocí a mi primer gran amor). Otra fue volver a pisar nuestras aulas, sentarnos en nuestros bancos, recorrer pasillos y escaleras, acciones todas que despertaban infinidad de recuerdos.
Asistir a esa reunión de egresados no me daba lo mismo, pese a cualquier cosa, quería ir. En algún lado sabía con qué iba a tener que enfrentarme. Mi pasado, mi nostalgia, mi presente, mi propia persona, mis antiguas dudas, mis miedos, mis fastidios... Me vi en el pasado y en la actualidad, incluso casi arriesgo que en el futuro. Me vi más diferente a ellos y no tan diferente de mí.
Muchas cosas quedan flotando a nivel interno, me resulta casi imposible trasmitirlas, pero mi sensación general es de satisfacción: me alegro de haber elegido lo que elegí, me siento bien siendo quien soy, más allá de todas las locuras y cuestiones que hacen a mi caracter personal.
Podría seguir escribiendo reflexiones y emociones al respecto, pero no creo que les interese verdaderamente. Tenía ganas de dedicarle unas líneas al tema y me parece que ya fue más que suficiente. El resto, si no se ofenden, me lo quedo para mí y las noches de insomnio.

noviembre 13, 2006

Loser

Permítanme contarles la peculiar historia de un perdedor con todas las letras. Evitaré caer en detalles innecesarios (tales como aspecto físico, datos personales, cómo, cuándo y dónde que nos conocimos, etc.) y me limitaré a lo anecdótico.

Todo comenzó cuando se perdió en las drogas y en el alcohol. Fue así como perdió su trabajo, muchos amigos, dinero, objetos materiales y grandes oportunidades. Pero cuando se dio cuenta de que estaba perdiendo el tiempo y la propia salud, las cosas cambiaron y perdió la adicción.
Y así empezó. Sucedió a partir de entonces que él se convirtió en un verdadero perdedor. Y lo que quiero decir es que él no perdía ya las llaves de su casa ni objeto alguno, sino cosas verdaderamente importantes. Lo curioso es que, pasados un par de días, tarde o temprano, recuperaba lo perdido para pasar automáticamente a perder algo nuevo.
Lo primero que perdió fue la voz, una tarde lluviosa de domingo en la cancha, y la recuperó a los 2 días... Nada del otro mundo si no fuera porque el día que la recobró perdió el oído, y así estuvo una semanita y media. Luego perdió el olfato (1 mes), el apetito (5 días), la vista (12 días), la paciencia (3 días, fue una de las experiencias más difíciles), la agilidad (20 días), las ganas (11 deprimentes días), etc. etc. etc.
Me explicó que ya se había acostumbrado a vivir así y que había entendido que de lo único que debía cuidarse —por muy paradójico que pudiera resultar— era de no perder su suerte, porque eso era lo que le permitía recuperar lo perdido. Convinimos en que era una suerte muy bizarra la suya, pero que su hipótesis parecía sustentable (aunque no terminó de convencerme).
Recuerdo que el 8 de noviembre de aquel año, el día que perdió el miedo (había perdido la confianza por casi 5 meses), conoció a una mujer hermosa; más tarde afirmaría que había perdido la razón a causa de ella, y lo que ocurrió después fue una sucesión de infortunios.
La mujer no mostraba interés alguno por él y eso desencadenó que perdiera la calma, la compostura... (y ahí empecé a dudar: cuando perdió la compostura no parecía haber recobrado la calma y siempre perdía de a una cosa a la vez).
En fin, enumerarles todas sus pérdidas los entristecería notablemente y casi que no es difícil imaginarlas (esperanza y todas las de esa índole), así que mejor voy cerrando la historia: sucedió finalmente que, a este hombre tan literal, aquella mujer le rompió el corazón y, como buen perdedor, perdió la vida. (Y yo me perdí el funeral, doblé mal en uno de los accesos y me perdí... ¿“Qué-she-le-va-shé”?).

noviembre 10, 2006

Se me lengua me mezcla

Quizás sea una suerte de trauma no solucionado de aquel episodio de mi niñez (cf. infra “Se me lengua la traba” - 10 de agosto), quizás simplemente sea otro indicio de que mi cerebro no funciona bien, o quizás sea tan sólo algo que nos pasa a todos con mayor o menor frecuencia.
Lo cierto es que el lenguaje nunca deja de sorprenderme, y cuando se producen traslaciones involuntarias, primero río abiertamente, luego medito al respecto.
Les presento a continuación una serie de ejemplos categorizados y les agradecería si ustedes tienen alguno para aportar y/o algo que opinar al respecto, será en pos de la ciencia, realmente estoy estudiando el tema.

Caso 1. Conjunción de dos vocablos de idéntico valor en uno (aplícase a adverbios, adjetivos, sustantivos, etc.).

Situación: Fracasaba yo en mis intentos por vencer a mi contrincante en las sucesivas partidas de ajedrez. Mi madre, mofándose un poco, me pregunta:

M.: —¿Y? ¿Ya le ganaste al ajedrez?
C.: —No, todahora. ( = Todavía + por ahora)

Situación: Comentaba a un amigo mis padecimientos con la pragmática y la psicolingüística, allá lejos y hace tiempo (1998).

C.: —Me harté de lingüística! Voy a hacer una foguera con todas las fotocopias. ( = fogata + hoguera)

Caso 2. Traslación conceptual llevada al vocabulario, sea mediante sustitución verboidal o de otra índole. Es más difícil de explicar brevemente, el ejemplo habla por sí solo:

C.: —Hacía un frío... y eso que la ventana no estaba prendida.

Caso 3. Metátesis discursiva, es decir, traslación de una palabra o una parte de una palabra a otra posición en la estructura oracional lógica (tal el caso de mi post anterior referido al tema, y quizás uno de los más frecuentes), existen subcategorías según los elementos alternados pero no voy a entrar en detalles, no se preocupen
.

Situación: Tras ver, durante aquella campaña de vacunación que tenía lugar en el país, que había gente siendo vacunada contra la Rubéola en lugares públicos tales como plazas, me resultó curioso que hubiera tantas personas haciendo fila en Parque Centenario cuando en el Hospital que estaba enfrente no había prácticamente nadie. Opiné entonces:

C.: —Es mejor hospitalarte en un vacunar que... (“en una plaza”, hubiera terminado de decir de no ser porque me interrumpió la risa).


En fin, quizás haya más casos posibles de este fenómeno que atrapó mi atención en los últimos días, con el tiempo iré perfeccionando la sistematización, ciertamente.

noviembre 08, 2006

Y bueh...

“Las leyendas nunca mueren”, dijo confiado.

Y se suicidó (a lo grande).

Y se murió nomás.

noviembre 06, 2006

Cuestionario musical

Visitando los blogs de Lunaria, En la oscuridad de la noche y Watashi, me topé con un denominado “Meme Musical”, que es una suerte de cadena blogística. Se trata de elegir una banda o grupo que nos plazca y responder el cuestionario utilizando sólo títulos de sus canciones. Asimismo, hay que escoger 5 personas para que hagan lo mismo. Ahí voy.

Cuestionario respondido por: Carpe diem.
Nominado/a por: Nadie, pero Lunaria me dio permiso.
Banda o grupo elegido: The Beatles*.


¿Eres hombre o mujer?: Do you want to know a secret?
Descríbete: The fool on the hill.
¿Qué sienten las personas acerca de ti?: Something.
¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: It's all too much.
¿Describe tu actual relación con tu novio/a o pretendiente?: I feel fine.
¿Dónde quisieras estar ahora?: (in) Penny Lane.
¿Cómo eres respecto al amor?: All you need is love.
¿Cómo es tu vida?: (a) Magical mystery tour.
¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo?: (a) Ticket to ride.
Escribe una cita o frase sabia: Tomorrow never knows.
Ahora despídete: I'll be back / The end.

Me gustaría que Psicodélica Star, Cerebro Magnético, Cuni, Ramiro y Lucy in the sky hicieran lo mismo si disponen de tiempo y ganas, aunque no me ofendo para nada si lo consideran una idiotez y me mandan a freír churros (mmmh, me di hambre). Asimismo, todos ustedes pueden hacer más preguntas en los comentarios e intentaré seguir respondiendo sólo con títulos de canciones (¿se nota que estoy muy al gas?).

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Y porque, cuando hice aquel, dudé si responder con Los Beatles o con Lennon y su Plastic Ono Band, me desquito y hago uno también con él, total...

¿Eres hombre o mujer?: Imagine.
Descríbete: Look at me.
¿Qué sienten las personas acerca de ti?: Steel and glass.
¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: It's so hard / Oh my love.
¿Describe tu actual relación con tu novio/a o pretendiente?: Out the blue.
¿Dónde quisieras estar ahora?: New York City.
¿Cómo eres respecto al amor?: Crippled inside.
¿Cómo es tu vida?: One day (at a time) / I'm moving on.
¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo?: Love.
Escribe una cita o frase sabia: Power to the people.
Ahora despídete: Kiss kiss kiss.

* En los comentarios está la versión traducida de mis respuestas para aquellos que no se llevan bien con el inglés y les interesa saber qué pavadas respondo.

noviembre 03, 2006

You don't know what you got until you lose it

“Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”... y quienes tienen la fortuna de recuperarlo habrán aprendido a valorarlo como verdaderamente correspondía, y sabrán cuidarlo para nunca más perderlo.

He recobrado mis eres y erres, afortunadamente. Gloria eterna a la consonante que vibra otra vez en mi paladar!
El placer que me produce pronunciarla tras seis días de carencia es realmente indescriptible. Saboreo cada palabra como si estuviera aprendiendo nuevamente a hablar. Y disfruto con tanta fruición la referida letra, que a cada rato me siento al borde de un orgasmo lingüístico, si es que acaso algo así llegara a existir.
Vuelvo al ruedo, a sonreír, a gozar, a utilizar y llevar a cabo todos y cada uno de los infinitivos que me producen satisfacción y antes no podía siquiera pronunciar. Voy a aprovechar mi fin de semana con renovada alegría. Ojalá ustedes, que tuvieron la suerte de no perder vuestras eres, se den cuenta de que disponen de una maravilla lingüística al alcance de sus manos/bocas.

Una última consideración al respecto: transcurridos estos días y reflexionando sobre el tema una vez superada la bizarra experiencia, llegué a la conclusión de que hay una única palabra a la cual le quitaría definitivamente la erre. De esta forma, creo que perdería toda fuerza y sonaría tan idiota que sólo un oligofrénico querría proferirla... Tal vez así, quizás, la guea empiece a desaparecer lenta y definitivamente.

noviembre 01, 2006

Una cuestión lingüística II

En vitud de la caencia de ees que me aqueja, paso la mayo pate del tiempo en silencio, pensando al especto. Como ustedes saben, la gamática, la otogafía y la lingüística me inteesan sobemanea, es po eso que, analizando el tema, descubí vaias cuestiones que esultan de la falta de la consonante. A sabe:

1) Se genean poblemas con los tiempos y modos vebales, de divesa índole:
a) Los infinitivos se convieten muchas veces en impeativos de 2º pes. (tú/vos). Ej: Veni suena como vení; tae se lee como tae (tú), y así. El contexto sive paa desambigua.
b) Se piede en algunos casos la difeencia ente el impefecto y el condicional. Ej: Sabía y sabía (pongan una ee en la segunda palaba, po favo).
c) Lo mismo sucede ente el futuo (iegula) y el impeativo, incluso povocando alteación del vebo en cuestión. Ej: Vendé deja de se el futuo 1º pes. sing. de veni paa convetise en el impeativo de 2º pes. sing. de vende; asimismo, ocue con tendé.

d) Idem a c) peo ente el futuo (iegula) y el petéito indefinido: Ej: Saldé pasa a se el pasado de salda en luga del futuo de sali.

2) Hay numeosos sustantivos que me pondían en seios dilemas y/o situaciones absudas. Les dejo aquí algunas situaciones posibles:
a) Jamás podía alaba a una muje hábil paa hace tucos (no salsa ni cíos nacidos en Tuquía, quieo deci tampas, engaños) diciéndole: “Me gustan tus tetas” / “¡Qué buenas tetas!” (sean tan amables de pone la ee tas la pimea t).
b) Se genea ambivalencia si digo: “Estoy miando la oca”, ya que quien me escuche no sabá si debe pone una ee y, llegado caso, si ponela antes o después de la o (es deci, si estoy miando un ave, una pieda o un cetáceo... en fin, no voy a anda explicando todo, confío en vuesta capacidad de intepetame).

c) Si bien no significan nada en español (como sucedía con el caso de oca), ¿cómo sabe alguien si estoy dicendo peo o peo o peo o bien egeso o egeso?
d) “Hoy comí un loco iquísimo” / “Deme tes” / “¿Dónde está mi opa?” / etc.


3) En elación con el punto 2, gan pate de la liteatua se tona aa. Así, po ejemplo, lee a Getude Stein piede todo encanto: “Una osa es una osa es una osa” (Miseicodia!!!).

4) Una de la peoes cosas (y también elacionada con el punto 2): intentando supli la ausencia de la ee, tiendo a polonga ya sea la vocal anteio ya la posteio, con lo cual no sólo paezco idiota, sino que además temino hablando con tonada codobesa. Vean esta escena, aye, tatando de descibi a mi amigo icado (icky): “¿Cómo es? Tiene baaaba y ojos maooones”.

5) Quiéase o no, la falta de ee tiende a povoca en la oalidad la caída de s, o bien usos bizaos e indeseados de la d. (Imposible explicalo, tendían que escuchame paa oí el fenómeno al cual me efieo).

6) eflexión: Chalando con Psicodélica Sta (si es que acaso eso fue chala, ya que no hizo más que descostillase de isa), llegamos a la conclusión de que, al habla, es más fácil quita la ee que cualquie ota consonante. Asimismo, quita ota hace que sea más difícil paa el oyente epone el significado. Ceo que si tuviea que hace un anking, la s seía la siguiente en la lista de “fáciles de quita”.

Bueno, gente, no quieo abuilos con mis cavilaciones ni cansalos haciéndolos pone ees po aquí y po allí. Veé cómo hago paa sobevivi hasta el domingo, así que no se enojen si no llegaa a escibi nada nuevo estos días... quizás ecua a alguna foto o imagen paa sali del bete.