Pucha, ya hace más de 6 años. Aquel 16 de julio del 2006 en que di
los clicks necesarios no imaginé lo que depararía este mundo, apenas lo
conocía y yo sólo precisaba imperiosamente escribir. Al encantador grupo que me lee y/o comenta cada tanto (ya sé que pocos quedan tras la sequía por la que pasó el blog en los dos últimos años), mi más profundo agradecimiento por seguir ahí. Rescato de aquellos retoñales años este viejo texto que sigue vigente.
Quisiera
en esta oportunidad hacer referencia a una cuestión acerca de la cual
algunos ya se percataron y otros ni siquiera vislumbraron. Sí, es algo
muy tonto si se quiere, pero para mí tiene relación con la creación de
este blog y por eso lo menciono en esta ocasión:
Escribo
intencionalmente sin marca de género. Podrás releer todos mis post y
comentarios y, de parte mía, no hallarás en la escritura algo que te dé
lingüísticamente la pauta de masculino/femenino a aplicar al narrador.
Es así como para algunos lectores yo soy hombre y para otros, mujer. Es
así como para unos soy ‘hetero’ y para otros, ‘homo’, ‘trans’ o
‘bisexual’. Sólo quienes me conocen en la vida real no tienen la
oportunidad de abstraerse de ello y de entrada me leyeron sin titubeo
genérico.
No
es mi idea confundir a los lectores ni generar misterio ni ocultar algo
(de hecho, pueden dilucidar el tema con sólo leer con atención), es tan
sólo que, cuando abrí el blog y me dieron la opción de agregar a mi
perfil el dato ‘male/female’, me pregunté: “¿Es realmente un dato
relevante para quien lee saber el sexo del autor?”
El
idioma español da la posibilidad de hablar en forma neutra, entonces,
en lugar de decir ‘estoy cansad@’ (o utilizar el símbolo éste como
comodín), opté por enriquecer mi propia escritura con giros lingüísticos
que me sacaran de las expresiones comunes; y así llego a perífrasis del
tipo: ‘siento cansancio’ o cosas por el estilo que tornan mi prosa
incluso un poco más bizarra que lo usual.
Digamos
que es una suerte de experimento escritural, pero no reniego de mi
sexo, a lo sumo puedo estar en contra de ciertas convenciones sociales
que le otorgan a cada género un rol determinado... pero ése ya es otro
tema y allí hay mucha tela para cortar, así que mejor me despido acá.
Hasta la próxima, gente. Mis respetuosos saludos.
Carpe Diem